miércoles, 26 de septiembre de 2012

Levantar cabeza y ser feliz.

Cuando estas mal ni la persona que más quieres es capaz de hacerte sonreír, por mucho que lo intente. Solo quieres estar solo. Piensas que no hay salida, lo ves todo gris, como si una gran tormenta fuera a caer en breves instantes. Crees que no se puede estar peor que tú en ese preciso instante, pero te equivocas. Cuando miras a tu alrededor y ves a la gente que verdaderamente lo pasa mal, que tienen verdaderos problemas, empiezas a pensar y a darte cuenta de que tú no tienes motivo suficiente por el que regalar una lágrima de tristeza. Te das cuenta de que lo que tú crees que es el fin del mundo no tiene ni punto de comparación con lo que les pasa a esas personas.

A veces deberíamos de dejar de ser tan egocéntricos y dejar de pensar en nuestros propios problemas y ponernos a pensar en el otro. Y no es sólo por el puro egoísmo que demostramos sino porque es lo mejor para uno mismo. El aprender a sonreír cuando más difícil está la situación es el mayor gesto de valentía que puede haber. Aprender a valorar lo que tenemos sin mirar a los demás con envidia y saber lo que cada uno podemos aportar.
Levantar la cabeza, mirar al frente con decisión y disponerte a disfrutar y a ser feliz.

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