En todo lo que vayamos a hacer hay dos caminos diferentes que tomar. El camino fácil y el camino difícil. El camino fácil te conduce a un algo, a algo que deseas sin demasiadas dificultades, pero ese algo no te llena completamente, no es lo que realmente quieres, simplemente, prefieres no complicarlo todo, prefieres conducir tu vida por el sendero fácil y corto, el que más rápido te lleve a algo relativamente bueno. El camino difícil es algo complicado, largo, y no asegura el poder conseguir aquello que tanto ansías. A diferencia del camino fácil, el motivo por el cual te adentras en el camino difícil es que lo que hay al final de ese largo camino es lo que verdaderamente quieres, es por lo que luchas, es lo que amas.
No te conformes, no elijas el camino fácil. No quieras acelerarlo todo, con eso lo único que consigues es estropearlo. Las cosas llevan su tiempo y tienen su dificultad. Lánzate al camino difícil. No es seguro que consigas lo que buscas pero al menos cuando todo haya acabado sabrás que lo intentaste, que no te rendiste, que luchaste por lo que querías. No dejes escapar algo que verdaderamente quieres por el simple hecho de que creas que es imposible. Nada es imposible, pero sólo si tú quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario